Pipas
Una Pipa es un objeto que se utiliza para poder fumar. Consiste básicamente en una cazoleta para la combustión y un tubo o cánula que termina en la boquilla. Fumar en pipa es una ceremonia.
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La inmensa mayoría de las pipas se fabrican con raíz de Brezo, un arbusto de la familia de las ericáceas que se cultiva en la zona Mediterránea. Su madera además de muy dura no es combustible. Se somete a varios procesos, inicialmente al de eliminación de taninos por medio de su cocción, y posteriormente al secado y reposo. De estos procesos y de la calidad de la madera, dependerá igualmente la calidad de la pipa.
El humo de la pipa se degusta en el paladar sin tragarlo. Precisamente son las papilas gustativas las que se encargan de ello.
La primera vez que se fuma en pipa debe elegirse una ligera, no muy grande y preferentemente recta.
La elección del mejor tabaco para nosotros lleva tiempo, se consigue con la experiencia. Para iniciarse es mejor elegir una mezcla suave tipo aromática, de corte grueso y bajo porcentaje de humedad.
Una buena fumada, entre otras cosas, depende de cargar correctamente la pipa. Para ello el tabaco debe introducirse en la parte interna de la cazoleta (hornillo) en pequeñas porciones (pellizcos), casi sueltos en el fondo y presionando cada vez más, a medida que se va llenando. El tiraje debe ser suave si lo hicimos bien.
Para su encendido, debemos usar una llama abundante quemando toda la superficie del tabaco uniformemente con cerillas o encendedor. Una vez encendida, debemos hacer aspiraciones cortas y pausadas, acompañando el ritmo de la respiración y manteniendo siempre el humo tibio.
La ceniza que se forma, a medida que el tabaco se consume, se aplasta con el prensador de un Atacador (1) antes de cada encendido. En la fumada, la pipa se nos puede apagar y ésto al iniciarse es bastante común.
Si aspiramos insistentemente para mantener la brasa encendida, provocaremos un recalentamiento de la pipa y del humo que llega a la boca, irritando todas las mucosas bucales y haciendo que cualquier tabaco nos parezca "picante". Si la pipa no se enfría totalmente puede volver a encenderse las veces que sea necesario. Para disfrutar de la pipa no debemos "preocuparnos" del tiempo que esté encendida, sino que debemos apreciar todo el aroma y sabor que un tabaco ofrece.
Cuando llegamos al fondo del hornillo, queda un residuo de tabaco húmedo sin quemar, que no conviene tratar de consumir. Es el momento de vaciar la pipa, sin raspar ni limpiar la pared interna. La ceniza que queda adherida en las paredes del interior del hornillo, se va cristalizando formando una capa de carbón, que constituye el curado de la pipa y su vida útil.
Para limpiarla se debe separar la boquilla del cuerpo de la pipa, y pasar una escobilla de algodón humedecida en alcohol para la boquilla, y seca para el resto de la pipa. Estará lista de nuevo cuando la madera haya absorbido toda la humedad de la fumada anterior dejándola reposar un mínimo de 48 horas.
Fumar en pipa es una ceremonia. Tanto para el aficionado como para el experto, hacerlo en pipa es como mejor destacará las cualidades del tabaco.
ACCESORIOS: Son aconsejables para la carga, mantenimiento y limpieza de las pipas.
(1) Atacador: Es un utensilio imprescindible para poder fumar en pipa. El más habitual y sencillo, consta de tres piezas. El prensador para prensar el tabaco y ajustar así el tiraje, la cucharilla para vaciar la pipa una vez fumada y el punzón, para desatascar la parte interior de la pipa una vez abierta.
Rascador: Con este elemento se elimina el exceso de carbonilla de la cazoleta.
Encendedor: Hay modelos especiales para el encendido de las pipas, con salida de la llama lateral.