Procesos de Fermentación del Tabaco
La fermentación, es un proceso natural consistente en transformaciones bioquímicas y físicas de las hojas, siendo necesario para esto que el tabaco tenga humedad y temperatura.
El proceso de fermentación es fundamental para la producción tabacalera, pues mejora la calidad del tabaco, garantizando la blandura y el posterior desarrollo del aroma de las hojas.
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Métodos de fermentación:
La fermentación en ambiente controlado: consiste en mantener las gavillas de tabaco seco en estibas de cajas, dentro de una cámara hermética con un ambiente controlado de calor húmedo, a una temperatura de hasta 40°C y una humedad relativa de 85% a 95%. Esta supervisión de temperatura y humedad en el interior de la cámara se realiza automáticamente y permite el control permanente de la humedad y temperatura. La duración del proceso en la cámara depende de las condiciones en que se secó y curó el tabaco, de la humedad que tiene al envasarse y de la distribución dentro de la caja. Finalmente, como resultado se tienen hojas secas de tabaco químicamente transformadas.
La fermentación en pilones: requiere temperaturas entre 34°C y 41°C y una humedad relativa mayor de 85%, las cuales también son monitoreadas continuamente. Aquí los pilones se disponen por cortes en plataformas en el suelo, y sobre ella una lámina de cartón para que no se estropeen las hojas. El tiempo de duración de la fermentación depende de la humedad con que fue conformado el pilón y del comportamiento de la humedad y la temperatura ambiental. El tabaco sólo se considera listo para pasar a la clasificación cuando ha transcurrido un periodo no menor de 30 días.
Los microorganismos (bacterias y microbios), juegan un papel importante en el proceso de fermentación, ya que estos "agentes", disminuyen o eliminan los elementos nocivos presentes en las hojas de tabaco.
Referencias