El papel de fumar es la fina hoja de papel de gran calidad que envuelve el tabaco para formar el cigarrillo.

Se fabrica a partir de pulpa de celulosa que se obtiene de fibras vegetales seleccionadas de cáñamo, cereales, algodón y principalmente de lino y paja de arroz. Se blanquea con productos libres de cloro. Llevan una pequeña franja en el borde engomada.

Actualmente el papel de liar o fumar se fabrica en diferentes presentaciones y tamaños según el uso al que va destinado, pero básicamente se elaboran libritos de papel de fumar y rollo de papel de fumar. También se elaboran tubos para cigarrillos para las máquinas de rellenar los tubos. 

Cuanto más fino es el papel, es decir, con menor gramaje; más intensa es la fumada y más lenta la combustión. Lógicamente cuanto más corto es el papel, menor dura la fumada. Si el papel es muy grueso la combustión es más rápida.

Los cigarrillos cuando aplican los estándares L.I.P. (Baja propensión a la ignición), utilizan bandas como límites a lo largo del papel de fumar durante la fabricación de los mismos, con el fin de disminuir la velocidad de combustión cuando se alcanzan las bandas. El mencionado sistema L.I.P. afecta a la ignición, pero no debe repercutir en la calidad del producto ni debería alterar significativamente su sabor.

Compañero casi inseparable del liado del cigarrillo es el filtro, si bien no es imprescindible, la mayoría de los fumadores de tabaco de liar los usan, ya que facilita su liado, reduce las partículas y dureza del humo y mantiene las hebras del tabaco lejos de la boca del fumador cuando fuma un cigarrillo.

Algunos aditivos que puede contener: Carbonato de calcio, para dar un llamativo color al papel y su respectiva ceniza. Sales para modificar la velocidad de quemado. Fosfato monoamónico para modificar la ceniza. Citratos de sodio y potasio que aceleran el quemado.

ALGO DE HISTORIA

Surge en España, en la ciudad alicantina de Alcoy en 1154 donde se comienza la fabricación del "papel de tina" principalmente de fibra y celulosa, muchas veces obtenidas del cáñamo, arroz y todo tipo de ropa y se usaba no sólo para el tabaco. Es a través de los fabricantes españoles que se fue extendiendo por toda Europa y América. A finales del siglo XIX la mayoría de las fábricas de papel de fumar se concentraban en la Comunidad Valenciana y Cataluña. La demanda se dispara en buena medida porque América carecía de empresas papeleras propias, lo que hizo que proliferaran los pedidos del "papel de ensigarrar".

Se populariza su uso en Francia a partir de 1796 tras el encargo de Napoleón Bonaparte para que produzca papel de fumar para sus tropas al fabricante de papel Pierre de Lacroix.

En 1894, los hermanos Braunstein inventan un aparato que entrelaza las hojas de papel de fumar. Esta máquina montaba las hojas de tal manera que, al extraer una hoja, aparezca automáticamente la siguiente dando origen al librito de papel de fumar que actualmente seguimos usando.